No es el otoño una estación que haya pasado desapercibida a los poetas; por ello a lo largo de las siguientes semanas vamos a seleccionar como poema de la semana varios de éstos.
Comenzamos el ciclo con un poema de Luis García Montero, recogido en su poemario Lecciones de poesía para niños inquietos, 1999
EL OTOÑO
El otoño es un barco que navega
con abrigos, silencios y paraguas,
sobre los parques y las arboledas.
¡Gaviotas amarillas!
Son las hojas que vuelan
y caen lentamente
hasta pisar la tierra.
El cielo frío se parece al humo
de los barcos sin velas
que dibujan el sueño de los vientos
con los pinceles de sus chimeneas.
Yo soy el marinero del otoño.
Mira mi barba seca
y las bellas gaviotas melancólicas
volando en mi cabeza.
En la orilla dormida de la tarde
hay olas de silencio y de tristeza.
Por las ramas desnudas,
por el agua secreta,
por los abrigos grises,
el otoño navega
como un barco perdido
sobre las arboledas.
Luis García Montero
con abrigos, silencios y paraguas,
sobre los parques y las arboledas.
¡Gaviotas amarillas!
Son las hojas que vuelan
y caen lentamente
hasta pisar la tierra.
El cielo frío se parece al humo
de los barcos sin velas
que dibujan el sueño de los vientos
con los pinceles de sus chimeneas.
Yo soy el marinero del otoño.
Mira mi barba seca
y las bellas gaviotas melancólicas
volando en mi cabeza.
En la orilla dormida de la tarde
hay olas de silencio y de tristeza.
Por las ramas desnudas,
por el agua secreta,
por los abrigos grises,
el otoño navega
como un barco perdido
sobre las arboledas.
Luis García Montero
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