El canto de las sirenas
— ¡Eh, célebre Odiseo, gloria insigne de los aqueos!
Acércate y detén la nave para que oigas nuestra voz.
Nadie ha pasado en su negro bajel sin que oyera la suave voz
que fluye de nuestra boca; sino que se van todos
después de recrearse con ella, sabiendo más que antes;
pues sabemos cuántas fatigas padecieron en la vasta Troya
argivos y teucros, por la voluntad de los dioses,
y conocemos también todo cuanto ocurre en la fértil tierra.
RECOGIDO TAMBÉN EN GRIEGO:
δεῦρ᾽ ἄγ᾽ ἰών, πολύαιν᾽ Ὀδυσεῦ, μέγα κῦδος Ἀχαιῶν,
νῆα κατάστησον, ἵνα νωιτέρην ὄπ ἀκούσῃς.
οὐ γάρ πώ τις τῇδε παρήλασε νηὶ μελαίνῃ,
πρίν γ᾽ ἡμέων μελίγηρυν ἀπὸ στομάτων ὄπ᾽ ἀκοῦσαι,
ἀλλ᾽ ὅ γε τερψάμενος νεῖται καὶ πλείονα εἰδώς.
ἴδμεν γάρ τοι πάνθ᾽ ὅσ᾽ ἐνὶ Τροίῃ εὐρείῃ
Ἀργεῖοι Τρῶές τε θεῶν ἰότητι μόγησαν,
ἴδμεν δ᾽, ὅσσα γένηται ἐπὶ χθονὶ πουλυβοτείρῃ.
En el canto XII de la Odisea, Ulises es
advertido por la diosa Circe de
lo peligroso que era el canto de las sirenas (que seducían a los
marineros con sus cantos para después matarlos; y se encontraban en la costa de
Sicilia). Este fragmento recoge las palabras literales que le dirigen las
sirenas a Ulises. Valga como testimonio directo de unas divinidades y como
fragmento genial de una obra literaria patrimonio de la humanidad.
Para ANTONIO GASPAR, compañero de Griego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario